Ushio Amagastu
Llegué al teatro justo a tiempo. Tuve que hacer la famosa combinación colectivo-subte-taxi-correr. Hace tiempo tenía ganas de ver esta obra y finalmente había llegado el momento. No sé por qué, pero tenía grandes expectativas a pesar de no tener idea de qué iba a ver.
Se apagan las luces, suenan algunas notas de algún instrumento de cuerdas y ahí caigo en la cuenta de un pequeño detalle: “Estoy a punto de ver teatro oriental! Qué embole me voy a pegar!”
Pero nada de eso.
La danza en cuestión es relativamente nueva. Se llama Butoh (“danza que ilumina las tinieblas”) y fue creada a fines de los 50’ por Hijikata y Kazuo Ono. O sea que el Butoh de alguna manera nos habla de la bomba atómica, la supervivencia, la muerte, los sufrimientos vividos en Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda guerra mundial.
Es difícil para un espectador occidental despojarse de todo prejuicio, entregarse a la obra y poder sentir, cuando estamos frente a un lenguaje, una visión del mundo (por lo tanto del arte) tan distinta. Es difícil porque por momentos hay que hacer un esfuerzo para que la obra no se torne densa. En general los movimientos del Butoh son extremadamente lentos, exceptuando algún momento de ruptura en el que se logra otra dinámica un poco más “llevadera” para el espectador(común).
Si bien es toda una experiencia ver teatro o danza Oriental, debo admitir que fueron los aspectos occidentales de la obra los que más me atraparon: la escenografía, parte del vestuario, la iluminación y la música.
Kagemi habla de la naturaleza humana, del hombre en su relación con la naturaleza y del ciclo de la vida. Es un intento de acercarse, a través del lenguaje corporal, a la profundidad del ser humano. Un ritual en donde los bailarines son hombres, espíritus, ángeles, demonios. Transita lo bello del nacimiento; la crueldad, lo siniestro y lo brutal de la vida, del envejecimiento, para finalmente concluir con la muerte.
Ushio Amagatsu dice que Kagemi es “la imagen en el espejo o en una superficie acuática”.
3 comentarios:
esos ponjas me dan un poco de impresión...
viste que Be. la fue a ver el mismo dia que vos? son dos tontas.
me dijo que mientras bajaba las escaleras para salir la gente movía las manos como mogolicos haciéndose los japoneses............
jajaja
la mujer que estaba sentada adelante mio durante la obra movia la mano lentamente en forma circular
y cuando estaban todos aplaudiendo habia una parada, apoyada en la baranda, e iba imitando el saludo de los bailarines........
Que nivel que tienen los debates de las estudiantes de arte dramático, jajaja, "la gente movía las manos como mogolicos", que ácido, "iba imitando el saludo de los bailarines", y bueno, hay veces que nos copamos demasiado.
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