Descubrió al pez azul en la zanja. Yendo contra la corriente, comenzó a correrlo a toda prisa intentándolo alcanzar. Cuando lo tenía a centímetros de su mano el pez se hizo pájaro y tomó altura. La niña se dio cuenta que ya era demasiado tarde y se detuvo. Dejando la vista fija en las ramas del árbol por donde el pájaro había desaparecido, sintió a la Muerte atravesada en la tráquea.
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