sí los domingos a mi tambien me dan un no se qué aca acá te tocás las tetas mientras decís eso. nos reimos porque el chongo de la esquina te miraba con deseo. se le notaba en el brillo de los ojos y en cómo se movía. que bueno que sos cerda como yo y llevaste sobrecitos de azucar para ponerle a las frutillas de 10 pesos dos kgs. pasamos por al lado del chongo mordiste la naranja haciéndote la potra "cómo me gustaría ser esa naranja mami" te piropea el caballero meneandose un toque ..."no sos boludo!" le respondo riéndote me escupiste un poco de naranja en la cara. en el pasto nuestra teoría dominguera se derrumba: nos sentimos felices. hablamos y cantamos pasa un perro abandonado criticamos a la humanidad. Somos tan ingenuas! nos indignamos porque, aunque nunca quisimos, tuvimos que entender
que el amor se termina, como por arte de magia,
y que está bien.
que la gente mata
y muere
de hambre
de cancer
de amor.
2 comentarios:
En la carta que te mandé desde Perú había una cita de Handke que empezaba: "Siempre la misma pregunta al niño...".
¿Te acordás cómo terminaba?
¿Cuál era la pregunta?
"¿qué pasa?"
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