sábado, 26 de abril de 2008

I awake from a nightmare My heart is beating out of control…

miércoles, 23 de abril de 2008

jueves, 17 de abril de 2008

Noche 13. La mujer-pulpo

Muy a su pesar, ella tuvo que preparar los seis cafés. Se dirigió pesada hacia la máquina y colocó el café debajo de los molinillos, tiró de una palanca, prensó el café y limpió el exceso del mismo. Pequeños movimientos que a toda velocidad la hacían parecer estar manejando una máquina de alta complejidad. Con una rapidez animal tomó dos pocillos de cerámica con cada mano y continuó con el procedimiento. Una vez listos, quitó las tazas de café y las puso sobre la mesada, en frente mío. Segundo par. Esta vez más rápido. Yo fijaba la vista en los botones luminosos y palancas que accionaba. Colocó las dos tazas junto a las anteriores. Tercer par. Al correr la vista de la máquina, descubro que por debajo de su camisa se asomaban tentáculos negros. Eran varios. Comprendí que eso le permitía manejarse a velocidades increíbles. Con sus brazos de pulpo agarraba objetos sin siquiera mirarlos y los manipulaba como si en la punta de cada prolongación tuviera dedos. Procuré disimular aquel descubrimiento espantoso y continuar la espera con normalidad, pero cada vez que realizaba algún movimiento era inevitable fijar la mirada en sus otros brazos que parecían tener vida propia. Sentí escalofríos y un sudor frío en la frente. Deseaba imperiosamente levantarme del banquillo de un salto, poder salir corriendo y atravesar la puerta a toda prisa. Pero aquello era imposible. Sus tentáculos bailaban en el aire, parecían serpentinas flotando en el espacio, cada uno sus movimientos eran mal intencionados. Sabía muy bien que al darme vuelta para emprender la partida se deslizarían en silencio alcanzándome por detrás, me constreñirían con fuerza hasta dejarme inmovilizada, me dejarían sin aliento y sin poder escapar.
(advertencia n°2) ojito ojete…..hay gente que absorbe, ahoga y asfixia en silencio.

lunes, 14 de abril de 2008

noche 12. Monstruo.

Se acercaba firme, a pasos agigantados y con una exactitud alarmante, dejando atrás una tormenta de hormigón, vidrio y acero. Su rostro inmóvil y la mirada negra lo hacían parecer una criatura milenaria. Erguido, avanzaba como un soldado invencible. Alas inmensas y oscuras se desplegaban a cada lado de su cuerpo. Una cola de serpiente se asomaba por detrás y se reía como una hiena. Al acercarse cada vez más, su tamaño disminuía y su cuerpo tomaba dimensiones normales, forma de humano, de persona común. De cerca era sólo un hombre que podría engañar a cualquier desadvertido.


(advertencia: hay que tener mucho cuidado con ciertas personas)